Pegalajar es un pueblo mágico, presidido por la labor callada del agua, que poco a poco ha ido marcando a través de los siglos sus señas de identidad. Ese gota a gota ininterrumpido que se pierde en la larga noche de los tiempos, ha hecho posible la existencia de cuevas misteriosas que coronan la parte alta de la población, abiertas en la roca por sus habitantes.
El agua busca su camino por la parte baja del pueblo, dibuja arroyos y acequias, movÃa molinos y llena la Charca en la que las gentes de Pegalajar se miran con orgullo, como en un espejo colectivo que nadie le arrancará nunca, porque tras el azogue que lo cubre, se oculta la historia entera de sus antepasados que en ella un dÃa se miraron.